viernes, 14 de junio de 2024

RECADOS para mi Abadesa

 




I


Hoy maté una lauchita.

Durante 3 días la había asustado

golpeando con un palo los lugares

donde la oía pasar.

NO entendió el mensaje.

Intentó entrar a mi dormitorio.

Estaba cerrada la puerta.

Se quedó quieta al lado de una caja.

Me moví para verla.

Apenas era más grande que mi pulgar.

Con el palo que la espantaba,

lancé varios golpes.

Sólo uno acertó y la dejó quieta,

dando estertores.

Me dio pena tener que rematarla.

La tomé con un cambucho

y la arrojé al montón de basura

de la esquina por donde pasa el camión.

Salí y regresé corriendo. Estaba lloviendo.

Pido perdón hasta por matar una pulga.

Es muy duro conservarse vivo,

cuando has tomado consciencia

del valor intrínseco de cada ser vivo.

Por eso te llamo, Mamai Abadesa.

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